“Riqueza espacial”, se sustenta en el micro clima que la propia construcción genera.
Trabajamos sobre un terreno amplio (932 m2 de superficie), con buen asoleamiento hacia el fondo y en un entorno de Barrio Cerrado medianamente consolidado.
La primera decisión proyectual fue construir un ámbito exterior protegido, de esta forma lo construido debía adaptarse a la idea rectora, resguardando un “afuera”, formando un recinto. La idea fundante fue dictando todas las decisiones posteriores, para que la casa pudiera hacer uso de este exterior cuidado, separado de otros espacios exteriores.
De esta forma, el volumen principal de la casa se desarrolla en dos alas que forman una ele, comenzando así a prefigurar y abrazar el espacio exterior. Cada lado de la ele, protege al patio de los vientos predominantes, mientras que los dormitorios bloquean los del sudoeste, el estar-comedor-cocina, neutraliza los del sudeste. Las proporciones de las alas son idénticas, lo que da por resultado una primera conformación de cuadrado perfecto. Pero esto aún no completa un recinto. Es por eso que acudimos al resto de los elementos programáticos para reforzar la idea central. De esta forma, ubicamos un volumen de sala de máquinas, depósito y parrilla en el vértice vacío. Esta estrategia “gestáltica”, recompone un cuadrado, idea que se refuerza con la incorporación de una galería de hormigón armado, muy acotada en altura, y bajo la misma, un sistema de postigos plegadizos de madera. Poniendo todos los elementos de la composición en juego, es que materializamos un exterior protegido, que nos permitirá distintas relaciones entre el adentro y el afuera. Tanto las dos caras de postigos como la gran abertura de tres paños de aluminio corredizo, que separa el estar comedor del patio, pueden desaparecer completamente, pueden cerrarse o abrirse en su totalidad. La conjunción de estos mecanismos, abre la posibilidad de distintas conformaciones espaciales, como así también la galería se despega del volumen principal y maximiza los recorridos peatonales.
Esto es lo que nosotros entendemos por “riqueza espacial”, que además se sustenta en el micro clima que la propia construcción genera, permitiendo un uso intenso del exterior.
Las dos caras compuestas por las galerías de hormigón armado son bajas, permitiendo el ingreso de los rayos del sol. Las dos alas que componen el volumen principal son más altas, protegiendo al recinto de los vientos predominantes. El proyecto paisajístico, que incluye la incorporación de un banco y un ejemplar de jacaranda (tiñendo una vez al año todo de color lila), permite imaginar los usos posibles. La casa se mira a sí misma, generando un clima de profunda intimidad.
En cuanto a los aspectos funcionales, se llega a un playón de acceso vehicular, desde donde se encuentra la entrada principal, cercana al vértice de la ele. Se accede por un hall bajo, techado por un escritorio/dormitorio de huéspedes, único espacio habitable de la planta alta. Una vez atravesado el hall, hacia la izquierda se encuentran los dormitorios. En línea recta comienza a descubrirse de a poco la doble altura del estar, el comedor, la cocina y sobre todo el patio omnipresente, principal ´proveedor de luz natural. Según las distintas horas del día, la luz entrará directamente o tal vez filtrada por las ramas del jacarandá.
Todo el interior es blanco, solo con algunos detalles en hormigón visto en el sector del hogar, y los pisos se resolvieron en un plano integro de mosaico granítico, material muy tradicional en nuestra ciudad.
El volumen que enmarcan los techos inclinados se aprovecha íntegramente, nada sobra. Se expresa interiormente la volumetría exterior, en los planos inclinados que techan el estar comedor, cocina, escritorio, circulaciones y dormitorio principal. El resto de los dormitorios tienen cielorrasos planos, para dar lugar a una buhardilla de unos 20 m2 de superficie.
En cuanto a la imagen exterior, resolvimos en hormigón armado el aro que conforma la galería y una platea-zócalo, de ahí hacia arriba todo es chapa, blanca y acanalada. Los encuentros entre los planos verticales y los techos son en ángulo vivo, sin aleros, reforzando la idea volumétrica. La materialidad exterior se completa con el contraste que propone la carpintería de aluminio negro y los pisos exteriores resueltos en ladrillo común.
En cuanto a los aspectos técnicos, el barrio no cuenta con gas natural, razón por la cual resolvimos la calefacción por piso radiante eléctrico y también son eléctricos la cocina y el sistema de agua caliente. La construcción en seco nos permitió dotar a los cerramientos exteriores de importantes niveles de aislación térmica. La chapa, los pisos de ladrillo común y el hormigón visto nos garantizan un mantenimiento mínimo. Además de las cuestiones técnicas, toda la casa se proyectó para que por su forma y orientaciones tenga un excelente rendimiento climático.
Autores
Agüero – Marcenaro Arquitectos
Sitio web:agueromarcenaro.com.ar
Instagram: @agueromarcenaro
Categorías
Detalles
-Nombre del Proyecto: Casa San Benito
-Ubicación: –
-Localidad: –
-Superficie lote: 932m2
-Fecha de obra: –
-Fotografía: –